El cuerpo crea y absorbe huesos constantemente. Si este equilibrio se altera, podemos ganar más masa ósea, endureciéndonos, o perder densidad, lo que lleva a la degeneración ósea.
Normalmente, hasta los 20 y 30 años, tendemos a ganar masa ósea. Esta condición se llama osteopenia o, en casos más graves, osteoporosis.
Al hacer ejercicio conscientemente, podemos mantener o incluso aumentar la masa ósea más allá de estas edades, especialmente después de los 35 años.
Esta condición es más común en las mujeres, particularmente a medida que se acercan a la menopausia. La ausencia de vitamina D o calcio también puede provocar degeneración ósea. Las deficiencias hormonales como la testosterona, el estrógeno o la hormona paratiroidea pueden contribuir a la pérdida de masa ósea.
El cuerpo crea y absorbe huesos constantemente.
La actividad física puede ayudar a que los huesos se fortalezcan e incluso cambien de tamaño y forma. Sin embargo, el estrés excesivo puede resultar peligroso. Se sabe que los corredores de maratón, por ejemplo, desarrollan osteoporosis más adelante en la vida.
Inducir tensión en los huesos, como en los ejercicios con pesas, puede mantener su salud, y otras formas de yoga, particularmente las posturas de pie, también pueden contribuir a esto.
“Los huesos necesitan estar estresados para permanecer sanos. Y el estrés debe ser apropiado. El Yin Yoga proporciona estrés compresivo en los huesos, especialmente en la columna lumbar. Otras formas de yoga también estresan los huesos; la mayoría de las posturas de pie logran esto. En En Yin Yoga, las tensiones se mantienen por más tiempo, lo que permite que los huesos estén más tiempo estresados. Esto genera una mayor respuesta de recuperación: los huesos que han estado estresados por más tiempo se volverán más fuertes. Muy pocas posturas activas de yoga estresarán los huesos lumbares como lo hace Yin Yoga”.
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