Tauro - Escorpio
En artículos anteriores hemos introducido qué son los Signos Zodiacales, meditado sobre el Principio de Polaridad que opera en la realidad y el paradigma de Polarización que condiciona nuestra consciencia, y qué propone la astrología al respecto. Te invitamos a visitar estos artículos para comprender lo que desarrollaremos a continuación en mayor profundidad.
En este nuevo artículo vamos a explorar de qué forma esto se expresa en nuestras vidas a través de las imágenes, metáforas y temáticas que propone el Eje Polar Tauro-Escorpio.
EJE POLAR TAURO – ESCORPIO
En la rueda Zodiacal, Tauro y Escoropio se encuentran uno frente al otro: juntos forman un Eje.
Esto quiere decir que, si bien por ubicación parecieran ser opuestos, el mismo diseño revela que son los extremos de una misma cualidad; son una Polaridad.
En correspondencia con esto, observaremos cómo a priori el contenido de estos símbolos pareciera contradecirse pero al indagar en su significado se pone de manifiesto que uno contiene, incluye al otro.
¿Qué simbolizan Tauro y Escorpio?
Comencemos evocando algunas de las imágenes y cualidades a las que aluden cada Signo para luego meditar sobre el vínculo indisociable que existe entre estos aparentes opuestos.
IMPORTANTE
Recordemos que aquí no hablamos de ‘personas de Tauro’ o ‘personas de Escorpio’, si no de Tauro y Escorpio como lo que realmente son: símbolos que representan ciertos aspectos de nuestra existencia.
Tauro
Elemento: Tierra
Modalidad: Fijo
Regente: Venus
¿Qué simboliza Tauro?
VIDA
Conservación de energía / materia
Posesión / Apego
Generación / Fertilidad
Placer / Goce
La Materia
Sensualidad
Escorpio
Elemento: Agua
Modalidad: Fijo
Regente: Plutón
¿Qué simboliza Escorpio?
MUERTE
Liberación de energía/materia
Desapego
Descomposición
Dolor / Tensión / Intensidad
Lo Inmaterial (más allá de la materia)
Sexualidad
TAURO - ESCORPIO: POLARIDAD Y POLARIZACIÓN
Reconocer los Polos de este Eje como Polaridad, poder ver la vida y la muerte, no como estaciones de un viaje, sino en simultáneo, es un desafío perceptivo muy grande, sobre todo para la cultura occidental. Pero lo cierto es que todo lo que está vivo, está muriendo. Seguramente esta frase ya haya producido algún tipo de incomodidad con solo leerla. Esta incomodidad tiene que ver con una percepción polarizada de lo que representa el eje Tauro-Escorpio.
Culturalmente entendemos la muerte como final. Y es el apego, la necesidad de conservación, lo que entra en conflicto ante esta noción.
Sin embargo, este eje nos recuerda que la muerte no es la ausencia de vida, pues Vida y Muerte son un yin-yang;
que la muerte no es final, sino que es liberación, transformación y regeneración. Esto es así tanto para la muerte material como simbólica.
En una percepción Polarizada de Tauro, rechazo la muerte, me apego a la materia, quiero retenerla, controlarla, fijarla. Esto representa un gran esfuerzo y resulta inútil; lo que genera sufrimiento. Escorpio en eje con Tauro me recuerda que la vida es constante transformación. Querer retener la vida, es querer detener la vida… quizás esto sea más parecido a acabar con ella.
En una percepción Polarizada de Escorpio, creo que si todo lo que está vivo está muriendo, solo hay muerte. Esto es una distorsión de esta polaridad. Pierdo de vista que, también, en todo lo que muere hay vida. Basta con ver un fruto en descomposición a los pies de un árbol, para percibir que la muerte del fruto es la vida del hongo que lo descompone, es la fertilización de la tierra que nutre al árbol. Se vuelve evidente que vida y muerte no son puntos organizados en el tiempo de manera lineal, sino que son dos condiciones presentes y simultáneas. Vida y Muerte se constituyen mutuamente.
TRANSFORMACIÓN Y NECESIDAD DE CONTROL
Que Tauro y Escorpio sean una Polaridad revela que goce y dolor no son mutuamente excluyentes. Tauro es el contacto con aquello que me produce placer, goce, disfrute, bienestar. La Polaridad con Escorpio nos recuerda que entrar en contacto profundo con eso, es entender que ese amor me va a transformar; ya no seré el mismo y eso implica un duelo. Este eje habla del Amor como Potencia Transformadora.
Es el mismo disfrute el que me lleva a querer permanecer en contacto con aquello que me atrae –Tauro– (sea eso la Astrología, el Yoga, la Música, el Arte, un Vínculo, etc.); y esa permanencia es la que conduce a que la experiencia en algún momento adquiera un grado de profundidad –Escorpio– que inevitablemente me transformará. Entregarse al contacto profundo es dejar que muera lo que uno era antes de ese encuentro y que de las cenizas surja nueva vitalidad.
Pero dar lugar a esa entrega no es lo más frecuente, pues la percepción polarizada de este eje produce resistencia a la muerte/transformación y apego a la permanencia de lo conocido y al disfrute (rechazo al dolor). La sombra que proyecta esa polarización es el miedo y la necesidad de control, lo que redunda en constante tensión. Intentando evitar el sufrimiento acabamos auto-infligiéndolo.
Yoga
Esto se puede traducir en momentos de liberación en la práctica del yoga hacia lo desconocido. Cuando nos permitimos tomar un riesgo, salir de nuestra zona de confort en el camino hacia la transformación. Ya sea practicando una meditación que nos resulte difícil de sostener o practicando ese asana que no nos gusta porque nos cuesta. La palabra riesgo está más bien asociada al aspecto emocional que físico en este caso. Asumir el riesgo, independientemente de la consecuencia, abre puertas y crea espacio para la transformación.
Este eje nos recuerda que la vida es con dolor, que pérdida es liberación, que transformación es regeneración, que descomposición es fertilidad. Nos recuerda que cuando nos resistimos a la transformación porque duele, porque incomoda, nos resistimos también a la vida.
CONCLUSIÓN
Este artículo busca ser un disparador, una invitación a repensar nuestra percepción. De ninguna manera intenta sancionar moralmente, ni marcar ningún lineamiento a seguir u objetivo a alcanzar.
Lo interesante es poder percibir que muchas veces nuestro sufrimiento surge a partir de una percepción polarizada de la realidad. Poder observar, por ejemplo, cómo de la mano de la ilusión control, del intentar dominar completamente una situación o un vínculo, de la profunda resistencia al cambio, hay siempre tensión y sufrimiento. Poder percibir la oferta de vitalidad, de fertilidad, que hay al entregarse a la transformación, al liberarme y dejar morir lo caduco, reconociendo la toxicidad inherente a la pretensión de conservarlo.
Artículo escrito en colaboración con Steph S · Astróloga